Desde Esopo, hasta Augusto Monterroso. Una selección de libros de fábulas para niños y adultos, escritos en diferentes épocas y lugares. Donde a través de animales, objetos, personajes sobrenaturales y robots, encontraremos historias que discuten la moral, las consecuencias y el existencialismo.
Introducción
Empecemos entendiendo a la fábula clásica como un relato corto, una historia heredada de manera oral, donde los personajes realizan acciones que provocan consecuencias, y estas consecuencias revelan una enseñanza.
Existen referencias a fábulas desde las primeras civilizaciones mesopotámicas. Tablillas cuneiformes sumerias denominadas como \”literatura sapiencial\”, donde se encuentran anécdotas, proverbios y fábulas. Historias con animales y humanos, cuya función era educar y transmitir los principios morales a la sociedad.
Este modo de enseñar las máximas morales fue asimilado en todo Oriente, las historias se modificaron y adaptaron, y era común ver como personajes de los relatos a animales que encarnaban sentimientos humanos como la envidia, el humor o la compasión.
La fábula es como un enigma que será siempre acompañado por su solución.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel. En el libro Estética II.
La fábula en la Antigua Grecia
Más tarde las fábulas llegarían a Grecia. Uno de los registros más antiguos se encuentra en el libro Trabajos y días, del poeta Hesiodo (siglo VII ac). Dentro del libro, podemos leer la \”Fábula del halcón y el ruiseñor\”.
\”Ahora contaré una fábula a los reyes, aunque sean sabios.
Así habló un halcón a un ruiseñor de variopinto cuello mientras le llevaba muy alto, entre las nubes, atrapado con sus garras. Éste gemía lastimosamente, ensartado entre las corvas uñas y aquél en tono de superioridad le dirigió estas palabras. «¡Infeliz! ¿Por qué chillas? Ahora te tiene en su poder uno mucho más poderoso. Irás a donde yo te lleve por muy cantor que seas y me servirás de comida si quiero o te dejaré libre. ¡Loco es el que quiere ponerse a la altura de los más fuertes! Se ve privado de la victoria y además de sufrir vejaciones, es maltratado.\”
Tras estos párrafos, Hesiodo cierra la fábula y se dirige a los dioses y reyes exigiendo justicia para los hombres. Describe que los animales son violentos por naturaleza, pero los hombres tienen la justicia.
La era de Esopo
Con la llegada de Esopo (entre el 600 y 400 ac, sin fecha precisa) la fábula adquiere una estructura \”esópica\” que se replicó en gran manera durante los siglos siguientes. Según el estudioso danés Morten Nojgaard, los tres elementos que distinguen la narración de Esopo son:
- La situación de partida en que se plantea un determinado conflicto, entre dos figuras, generalmente animales.
- La actuación de los personajes, que procede de la libre decisión de los mismos entre las posibilidades de la situación dada.
- La evaluación del comportamiento elegido, que se evidencia en el resultado pragmático, el éxito o el fracaso producido por tal elección.
Es importante señalar que las características de la fábula \”esópica\” ya existían siglos antes del nacimiento del autor. Pero no es hasta Esopo que adquieren tanta popularidad y relevancia dentro de la literatura de la Antigua Grecia, logrando una influencia notable en las creaciones posteriores de fábulas.
Evolución de la fábula
En comparación con la poesía, el teatro o la novela, la fábula no ha sufrido grandes cambios con el tiempo. Su distribución fue masiva hasta fines del siglo XIX, y sus exponentes más reconocidos como Jean de La Fontaine, María de Francia o Félix María Samaniego, aportaron refrescando las obras clásicas y añadiendo nuevas historias, sin guardar mucha distancia en estructura con los referentes mencionados.
Las historias siguieron su formato didáctico, mostrándose en escuelas y desarrollando en su mayoría fábulas para niños o enfocadas en un público infantil, consiguiendo un éxito editorial.
Aunque la estructura de la fábula no ha sufrido cambios radicales, los personajes que habitan estas fábulas o las preocupaciones dentro de ellas se han modificado más de una vez. Los animales han sido reemplazados por objetos o robots, las discusiones pueden darse entre hombres y demonios, un rayo puede ser el protagonista de la historia, o la historia puede desarrollarse en un planeta lejano, y el conflicto pasó de ser interpersonal a existencial.
Fábulas; de Esopo
Esopo nunca publicó una colección de sus fábulas, fue el filósofo Demetrio de Falero quien se dió el trabajo de recopilar y producir el volúmen, siglos después de su muerte. Y aunque esta primera compilación se perdió, se hicieron rápidamente nuevas versiones, siendo la más importante la llamada Augustana —entre siglo I y V dc—, que reunió más de 500 fábulas atribuídas a Esopo, y que se complementa con otros volúmenes anónimos llamados Vindobonense y Accursiana. Publicados entre el siglo VI y IX dc.
Las Fábulas de Esopo se caraterizan por tener en su mayoría animales con actitudes humanas —generalmente dos opuestos— que tras experimentar ejercicios morales, ven la consecuencia de sus actos.
Una zorra famélica, al avistar un racimo de uvas que colgaba de lo alto de una vid, quería alcanzarlo, pero no pudo. Así que cuando se marchaba, se dijo: «Están verdes».
La zorra y las uvas, de Esopo. En Fábulas.
También algunos hombres, cuando no son capaces de alcanzar algo por incapacidad, culpan al momento.
Las Fábulas de Esopo están escritas de tal manera que pueden entenderse y disfrutarse tanto por niños como por adultos, y sus relatos siempre son acompañados de una breve sentencia o moraleja, que resume la suerte de los personajes.
Jitopadesa; de Naraian Pandit
Considerada la colección de fábulas más importante de India. El Jitopadesa recoge la tradición oral india, adaptaciones de los relatos de Esopo y el Panchatantra, y muestra junto con relatos nuevos, una serie de historias donde los animales tienen el protagonismo.
El libro fue publicado alrededor del siglo XIV dc. y señalaba en sus últimas páginas como autor a Naraian Pandit, un brahmán indio al servicio de un rey llamado Dhawal Chandra. Tanto el nombre del autor como el rey solo tienen registro en el libro.
Después del Bhagavad-gītā; Jitopadesa es el libro religioso más vendido de India. En el libro, Naraian comenta que la función de la historias es instruir a las mentes jóvenes, de manera que aprendan la filosofía de la vida y puedan convertirse en adultos responsables.
Las fábulas; de Robert Louis Stevenson
Publicadas dos años después de la muerte de Stevenson, en 1886. Las fábulas del creador de obras como El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde o La isla del tesoro, se diferencian de la tradición \”esópica\” al distanciarse de los animales (los hay, pero pocos) y tener como personajes a seres humanos: reyes, pescadores, viajeros; y demonios. Envueltos en historias tenebrosas, que muchas veces terminan con la muerte de los personajes o con una sensación de desgracia.
La presencia del mal es notoria en los relatos de Stevenson, y las consecuencias de estas maldades son el castigo inmediato de los actos.
Cierto día, el diablo se alojó en una posada donde nadie lo conocía, pues vivían allí personas que no habían recibido una educación esmerada. Era muy dado a hacer diabluras y tuvo a todo el mundo en vilo por espacio de algún tiempo, hasta que el posadero lo estuvo vigilando y lo sorprendió in fraganti.
El diablo y el posadero, de Robert Louis Stevenson. En Las fábulas.
El posadero cogió una cuerda.
—Ahora voy a azotarte —dijo.
—No tienes derecho a enfadarte conmigo —contestó el diablo—. No soy más que el diablo y está en mi naturaleza hacer el mal.
—¿Es eso cierto? —inquirió el posadero.
—Muy cierto, te lo aseguro.
—¿De verdad no puedes evitar hacer daño? —preguntó el posadero.
—Ni por asomo —contestó el diablo—. Sería inútil y cruel azotar a una cosa como yo.
—Tienes mucha razón —asintió el posadero.
Hizo un nudo con la cuerda, ahorcó al diablo y dijo:
—¡Listo!
Fábulas de robots; de Stanisław Lem
Conocido internacionalmente por ser el autor de Solaris, novela que fue llevada al cine por Andréi Tarkovski en 1972, y Steven Soderbergh en 2002. Stanisław Lem es uno de los escritores más aclamados del rótulo \”ciencia ficción\”, sus obras se caracterizan por tener una fuerte presencia de la cibernética y otras formas de vida, donde ensaya temas filosóficos respecto a la condición humana, con un humor particular.
En 1964 Lem publica Fábula de robots, una colección de historias que bajo la estructura de las fábulas, presenta reyes, guerreros y astrónomos.
Con la diferencia de que los protagonistas son robots inventados por humanos en tiempos lejanos, o extraterrestres habitantes de planetas llenos de hielo, montañas o sin luz. Estos personajes también tienen los vicios humanos y sus actitudes desencadenarán desgracias y enseñanzas.
Más tarde, Stanisław Lem tomaría algunos de los personajes de Fábulas de robots y su universo fantástico, para construir —en 1965— Ciberíada, su colección de cuentos más popular.
La oveja negra y demás fábulas; de Augusto Monterroso
Augusto Monterroso es considerado uno de los representantes modernos más emblemáticos de la minificción o del relato breve. En 1969 se publica La oveja negra y demás fábulas, una colección de microrrelatos que parece ser una parodia de las fábulas clásicas. El humor es constante en las historias que conforman el libro, y los personajes no solo son animales, sino objetos o la misma naturaleza; así encontramos como protagonistas a un espejo, un rayo o las montañas.
Es importante señalar que —por lo general— en las fábulas de Monterroso, los personajes no son enfrentados entre sí para llegar a una conclusión moral. Las historias tienen en gran parte personajes con un conflicto personal —mayormente existencial—, que tras intentar realizar acciones que escapan de su naturaleza (El mono que quiso ser escritor satírico, El perro que deseaba ser un ser humano), o tras meditar sobre las acciones que han realizado desde siempre, reciben una enseñanza.
En otros casos las historias no tienen fines didácticos y solo muestran las preocupaciones de estos personajes como El espejo que no podía dormir, Caballo imaginando a Dios o El rayo que cayó dos veces en el mismo sitio.
Aunque el humor es lo primero que puede interpretarse en la obra de Monterroso, hay que considerar los dilemas filosóficos por los que atraviesan los personajes de sus historias. Que no pocas veces terminan en la renuncia de sus ideales, la tristeza o la desesperanza.
Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho.
El Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio, de Augusto Monterroso. En La oveja negra y demás fábulas.
Más autores de fábulas
Después de Esopo, desde la época grecorromana hasta el renacimiento, se hicieron innumerables versiones de las obras del autor griego, adaptadas al lenguaje o escuela característica de cada traductor, que también añadían fábulas propias con notable éxito.
Entre estos autores destaca el romano Cayo Julio Fedro, que transformó las fábulas de prosa a poemas en verso. Y el latino Babrio, que también adaptó con éxito las fábulas esópicas a verso, y a quien se le atribuyen al menos 95 fábulas propias.
Flavio Aviano se inspiró en Fedro y Babrio para crear sus fábulas en la época medieval. Época donde tuvo un auge en todo occidente las historias relacionadas con \”Roman de Renart\”, fábulas con animales humanizados, donde el protagonista era un zorro travieso.
En el siglo XII destaca la figura de María de Francia, considerada la primera poeta mujer francesa, y quien introdujo con éxito sus versiones de las fábulas de Esopo a Francia.
En la edad moderna el fabulista con mayor relevancia sería Jean de La Fontaine, compañero de Molière y Racine. Sus fábulas fueron publicadas en ediciones ilustradas, entre las que destacan las de Jean-Baptiste Oudry, o Gustave Doré; famoso por sus ilustraciones de Don Quijote de La mancha, Caperucita roja, La divina comedia o La biblia.
En españa destacan Tomás de Iriarte y Félix María Samaniego, ambos de la misma generación, con una rivalidad registrada en cartas. Que probablemente inicia con la publicación de Fábulas literarias de Tomás de Iriarte (1782), donde se jacta en el prólogo de ser la primera colección de fábulas enteramente originales, cuando Samaniego había publicado un año antes su colección de fábulas; hecho conocido por Iriarte.
En alemania destaca el trabajo de Gotthold Ephraim Lessing, en Polonia Ignacy Krasicki, y en Rusia Iván Krylov.
Fábulas en la hispanoamérica contemporánea
En la latinoamérica del siglo XIX podemos encontrar fábulas en la obra del mexicano José Rosas Moreno, escritos en forma de poemas. Y en el chileno Daniel Barroz Grez con sus Fábulas originales.
En 1927 el escritor español Ramón de Basterra publica Vírulo. Mediodía, donde muestra sus Nuevas fábulas o Nuevo fabulario, aquí cambia los animales por máquinas, incorporando la revolución industrial a la fábula.
En Perú puede revisarse la obra del poeta Arturo Corcuera, sobretodo su Noé delirante (1963), un libro con animales protagonistas, adivinazas y poemas titulados como fábulas.