Ensayo
Quieto estoy / en el aquí y en el ahora
pensando que debo terminar este ensayo
divagando estoy / entre un eco que viene y que va
y el sofá virtuoso de la calle
silencio en el tiempo / desorden natural
no había que plantearse la realidad en términos metódicos
el elogio del desorden es asuficiente
qué palabras hay entre el ‘ya fue y ya fuiste’
ella se peinaba y se volvía a despeinar
vaguedad consciente – diferencia alguna
caos de bolsillo – canción secreta
para mí era más fácil el ser / que el pensar / sin embargo
el animal estaba herido – crucigrama poético
té jazmín y viaje a ninguna parte
demasiado tarde para el golfo
buscando cosas inmateriales en cosas materiales
abstraído en el vacío conducente / qué puede reclamar un golfo
sumergido en abstracciones inocuas / a una golfa
sin lugar ni tiempo
yendo o viniendo de ninguna parte – sin ritual o tiempo
su vocación lo aleja inexorablemente de su destino
me dijo la doctora
‘padre, si tu vida es difícil te puedes ir a vivir en el papel
y personaje serás y en el libro habitarás’ me dijo mi hija
este hijo prodigo que vuelve a las fauces del sonido
sonido irracional de la palabra
quieta
lo poético que no llega
error de cálculo marcado por la costumbre
atrapado en el espacio interior ando
y me doy cuenta que no puedo escribir de ti
tu carro ya se fue
la bondad no da para comer
dejé la música por sordera
señor de la noche ya no soy
ni arrepentido de nada
ni culpable de algo
abnegado a veces quizá
veo tu foto, repaso tu llegada
drogas verbales
cuando te conocí cruzabas el aeropuerto de aquella zona de la
universidad / donde el educando abre sus alas a los psicotrópicos
había sido invitado a un recital, leí me miraste, luego al final
entraste al baño de hombres, me pediste mi correo, nos escribimos
y en similar ritual lo hiciste ‘N’ veces con cualquier poeta maldito
yo sólo era un poetastre por aquel entonces / hasta que gané eso
y me fuiste / a buscar, a ver
luego me fui a mochilear y un día apareciste en medio de la nada
sin nada, sólo una bolsita y tu risa
otra risa dividida en el humo y las cucharitas de dosis reservadas
ibas y venias
en honor a la verdad debo decir
que lo único que adoré de ti fue el estupendo perro que tenías
un original callejero / empachado del amanecer
errante consciente de su estado y gracia
un día lo mataron y ya no reíste tanto
tu carro ya se fue
el té jazmín reina en lo inoperante de mi soledad
amo este sofá que no tengo /
ceniza en cruz
amo este caos de bolsillo que habita en mí
demasiado tarde creo, ya se acaba la página no llego a ensayar
nada, supongo que eso será / el ya fuiste o el ya fue
mujer, duérmete. Piter Pan.
Eduardo Pucho.
Poema inédito (2010-11).