El corazón de uno no está atado al corazón del otro
El corazón de uno no está atado al corazón del otro.
Si quieres, puedes irte.
Mucha felicidad aguarda
A quien se siente libre en su camino.
No lloro, no me quejo,
Jamás estaré feliz.
No me beses, se me ve cansada,
Sino a la muerte tendrás que besar.
Ya pasaron los días de largas esperas
Junto al invierno blanco.
¿Por qué, por qué eres tú
Mejor que mi prometido?
Anna Ajmátova.
La tarde, 1912.
Traducción: Kseniya Tokareva.