Un poema de Pedro Lemebel: Manifiesto (1986)

Su posición política, el rechazo homosexual de la época, y su deseo de la esperanza, son descritos en el poema de Pedro Lemebel: Manifiesto (Hablo por mi diferencia).

Introducción

Pedro Lemebel es un escritor de cuentos que lleva unos años de ingresar al mundo literario chileno, ha conocido en talleres a escritoras ligadas con el movimiento feminista y de izquierda como Diamela Eltit, Nelly Richard y Pía Barrios, y siente una afinidad con los movimientos contra dictadura de Chile. Sin embargo, muchos de estos grupos rechazan la presencia de Lemebel, por el prejuicio absurdo de su homosexualidad.

Estos lamentables eventos, no alejaron a Lemebel de una lucha política —que sería esencial en su obra—, Pedro los tomó y construyó con ellos su discurso.

Una voz potente de un exiliado de la sociedad, una propuesta donde la provocación y el performance serían las herramientas de partida para expresarse.

El poema de Pedro Lemebel

Es así como —en respuesta a estos circuitos políticos— Pedro Lemebel escribe el manifiesto Hablo por mi diferencia, un extenso poema/crónica donde describe su posición política, el rechazo homosexual de la época y su deseo de la esperanza.

Este manifiesto sería mostrado por primera vez en público en la Estación Mapocho, durante una reunión de grupos de izquierda.

Allí, Pedro Lemebel irrumpió con zapatos de tacón y con el símbolo de la hoz y el martillo dibujada en la parte izquierda de su cara. Disfrazado, se quedó de pie y en silencio, mientras una grabación de su voz recitaba el manifiesto.

Manifiesto (hablo por mi diferencia)

No soy Pasolini pidiendo explicaciones
No soy Ginsberg expulsado de Cuba
No soy un marica disfrazado de poeta
No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
Y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro
Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
Y viene la democracia
Y detrasito el socialismo
¿Y entonces?
¿Qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte
Como en el barco del general Ibáñez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra
A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos
no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿Y usted?
¿Qué hará con ese recuerdo de niños
Pajeándonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina
desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
Y que al primer parrillazo de la CNI
Lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
Y se rieron de mi voz amariconada
Gritando: Y va a caer, y va a caer
Y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
Que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
Yo no voy a cambiar por el marxismo
Que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subversivo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva York los maricas se besan en la calle
Pero esa parte se la dejo a usted
Que tanto le interesa
Que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alita rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.

Biografía de Pedro Lemebel

Pedro Segundo Mardones Lemebel (Santiago, Chile, 21 de noviembre de 1952 — 23 de enero de 2015) escritor, cronista y artista plástico chileno.

Ha escrito La esquina es mi corazón, Loco afán: crónicas de sidario, De perlas y cicatrices, Tengo miedo torero, Zanjón de la Aguada, Adiós mariquita linda, Háblame de amores, Mi amiga Gladys, entre otros.

Las yeguas del apocalipsis

Desde 1987 hasta 1997, Pedro lemebel y Francisco Casas conformaron el dúo Las yeguas del apocalipsis, un colectivo que realizaba performances e intervenciones en lanzamientos de libros y exposiciones de arte.

Algunas de sus acciones fueron intervenir el premio Pablo Neruda 1988. En medio de la ceremonia, que premiaba a Raúl Zurita, Pedro y Pancho irrumpieron para ofrecer una corona de espinas a Zurita. El escritor premiado se apresuró en decir: no pienso ponérmela.

De qué se ríe, presidente

Otra acción titulada De qué se ríe, presidente consistió en intervenir el Teatro Cariola de Chile. El 21 de agosto de 1989, se gestaba un evento titulado \’Encuentro de Aylwin con los artistas\’ donde el entonces candidato presidencial (y futuro presidente de Chile) Patricio Aylwin, presentaba sus políticas culturales para su posible gobierno.

Pedro y Pancho ingresaron sin invitación al evento, y en medio de un discurso de la actriz Ana Gonzáles, se posicionaron en el escenario con abrigos, tacos y mallas, alzando un lienzo que decía \’Homosexuales por el cambio\’.

Bajando del escenario, Pancho Casas se dirigió rápidamente hacia el candidato a senador Ricardo Lagos, dándole un beso en la boca. Años más tarde, Ricardo Lagos también se convertiría en presidente de Chile entre los años 2000-2006.

Sobre la relación entre Las yeguas del apocalipsis y su paso de escribir primariamente cuento, y luego crónica, Lemebel comentó:

Quizás esa primera experimentación con la plástica, la acción de arte… fue decisiva en la mudanza del cuento a la crónica. Es posible que esa exposición corporal en un marco religioso fuera evaporando la receta genérica del cuento… el intemporal cuento se hizo urgencia crónica.

Pedro Lemebel

Premios y más

Entre sus premios más importantes se encuentran la Beca Guggenheim 1999, Premio Anna Seghers 2006, Premio José Donoso 2013 y su nominación al Premio Nacional de Literatura de Chile 2014.

Luego de varias semanas internado en la Fundación Arturo López Pérez de Providencia, por un cáncer de laringe que padecía desde el 2011, Pedro Lemebel falleció un viernes 23 de enero de 2015.

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